miércoles, 10 de diciembre de 2014

MIENTRAS TE ESPERABA



El cielo se puso claro, las noches fueron monótonas, ya sabía que existías. Me asomé a la ventana - no estabas- y al salir a la calle tú no pasabas. Seguí andando. La esperanza me empujaba tan fuerte que dañó a mi paciencia, ya inerte.


Mientras te esperaba crucé aceras, calles y parques donde no estabas. Probé a volar como pájaro en celo y con tu rastro no daba. Caminé, nadie puede decir que no te busqué entre voces, miradas y olores que no provocabas.


Me perdí como amante desorientado, derramé calor efímero que no te llegaba. No lo parecía, aun así te esperaba. La tardanza de tu tren quería que te olvidara pero como es imposible olvidar sin conocer me aparté de la vía para facilitar tu llegada.


Fui colores, leí sitios, asalté barcos, coches y aviones donde no viajabas. De norte a sur, de este a oeste te busqué. Aprendí a cantar, a comer manzanas masticando sonidos que te nombraban cada vez que mis tripas sonaban. Intentando ser niño me hice mayor, con planes de hielo tan fuertes que se rompieron al menor golpe. 


Mientras te esperaba dejé de esperar, quemé rastrojos, quité ruedas y vi como aumenta el brillo desde la oscuridad. Crucé desiertos con sed y en los oasis me embriagué… sin esperarte te llamaba. Después el eco egoísta devoraba mi voz.


No te buscaba ni me cansaba de imaginar las palabras que podrían haber visto la luz del cielo de mi boca, las manos que abrirían las puertas de un mundo con pies descalzos y abrazos tan desnudos como los sueños pasajeros que te traían aquí, como debería haber sido de haberte conocido.


Ahora no estoy seguro de lo que te habría querido porque sin ti me enamoré de mi boli Bic.